miércoles, 1 de abril de 2009

MANGA

Las raíces del cómic japonés hay que encontrarlas a partir del siglo XI, cuando aparecen las primeras manifestaciones de carácter gráfico, concretamente las chôjûgiga, “caricaturas de animales”, creadas por el artista Toba.

Estas caricaturas representan a conejos, ranas, monas y otros animales, todas reunidas en una serie de pergaminos, realizando escenas satíricas. En siglos venideros, era frecuente en Japón emplear la caricatura en pergaminos, con representaciones escatológicas o eróticas.

Durante el período Edo, que comprende desde el año 1600 hasta el año 1867, aparecen nuevos soportes gráficos:

Los ZENGA o también llamadas imágenes ZEN, estampas monocolores que usaban la caricatura como una ayuda para la meditación.

Los OTSU-E o imágenes de OTSU, recogidas en amuletos budistas a color.

Los NANBAN, consistían en unos biombos ilustrados con grabados que relataban la llegada a Japón de los portugueses, uno de los primeros pueblos en establecer contacto con el país asiático.

Los UKIYO-E o también llamadas imágenes del mundo flotante. Consistían en grabados hechos a partir de planchas de madera, cuya temática más frecuente era la picaresca, la erótica, la crítica social y la sátira antes que la perfección estética, de la que presumían los 3 soportes anteriores, los zenga, los ôtsu-e y los nanban, ya que iban dirigidos a las clases altas frente a los ukiyo-e, dirigido a las clases sociales.
El artista más famoso de ukiyo-e fue, Katsuhika Hokusai (1760 – 1849), siendo el primero en desarrollar imágenes en forma de sucesión de viñetas.
En 1814 aparecería el primer tomo de un total de 15, que llamarían por nombre Hokusai manga.

Manga es un término uniendo los caracteres man (grotesca-cómico) y ga (imagen-dibujo), que significa imagen grotesca.
Este término se impuso finalmente como sinónimo de todo lo relacionado con la caricatura o el humor gráfico.
Es en la segunda década del siglo XX donde este término se asocia definitivamente siendo una de las más prósperas y gigantes las industrias de su país.
Otro soporte que compitió con los ukiyo-e fueron los toba-e, imágenes al estilo Toba, bautizados en homenaje al creador de los chôjûgiga.

Los kibyôshi, libros de chaqueta amarilla, compitieron también con los ukiyo-e y similares a los toba-e, que en vez de ofrecer historias aisladas, los kibyôshi ofrecían historias continuas, siendo los antecedentes, los precursores de los tebeos o comics.


Rakuten Kitazawa fue el primer autor japonés de comics. Rakuten crea en 1901 la primera historieta japonesa, “El viaje a Tokio de Tagosaku” y “Mokubê”.
Otro autor de manga contemporáneo de Kitazawa fue Ippie Okamoto que aplicaría a su obra técnicas de su largo viaje por Europa y América concretamente dos cartoonistas norteamericanas del cual era gran admirador.
Los primeros comics japoneses, utilizaban los diarios como soporte y los suplementos de estos. Los semanarios iban dirigidos al público adulto.
Los manga no solo se componían de historietas, sino que también constaban de relatos escritos, secciones formativas, etc…, es decir, se utilizaban el comic como contenido complementario.
En los años 30 aparecen las auténticas estrellas del manga. Destacan Norakurô creado en 1931 por Suihô Tagawa, Bôken Dankichi creado por Keizo Shimada en 1933, otra estrella es Tanku Tankurô creado en 1934 por Gajô Sakamoto.
En las tiras diarias o yon-koma manga destaca el personaje de la Fuku-chan creada por Ryuichi Yokohama, obra que duraría 3 décadas.
En la prensa dominical destacamos la obra Speed Tarô creada en 1930 por Sagyô Shishido aplicando técnicas procedentes de EE UU.

El estallido de la Segunda Guerra Mundial reduce notablemente la producción de manga, debido a la restauración de papel, destinando dicha producción a la propaganda bélica. Después de los bombarderos de Hiroshima y Nagasaki empezaría una nueva etapa en la historia de Japón con el período Meiji, que abarca desde 1945 hasta hoy, etapa que se reflejaría en las manga. Finalizada la contienda de la Segunda Guerra Mundial, la industria manga se ve forzada a empezar desde cero.

Los KAMISHIBAI o “teatros de papel” destacarían en los años 40 como medio de entretenimiento callejero parecido al manga ofreciendo al público relatos desarrollados en viñetas, dibujadas sobre lienzo y exhibidas por un narrador-presentador.

Un duro competidor de la decadencia de los Kamishibai fue la aparición en 1953 de la TV y la rápida expansión de los manga, donde actualmente apenas quedan algunas narradores profesionales.

Sólo algunos de los personajes populares del Kamishibai pasaron a convertirse en series de manga como son Ogon Bat creado en 1930 por Takeo Nagamatsu, llegando a tener su versión anime en la década de los 60.

Los KASHIBON o mangas de alquiler, que se distribuían a través de bibliotecas ambulantes debido a su elevado precio. Destacamos la revista Kaze, entre los más populares. Otro formato popular de la época fueron los Yokabon, que consistían en pequeños libros manga vendidos en tiendas pequeñas y jugueterías.

También destaca el formato de las AKABON o libros rojos, producto originario de Osaka, ya que estaba impreso en tinta roja distribuido por vendedores callejeros.

Destacamos como obra que marcó un acontecimiento en la época, ya que era una obra que destacaba por su dinamismo, ritmo y puesta en escena de 200 páginas que se llegaron a vender miles de ejemplares, fue la obra Shin Takarajima del debutante Osamu Tezuka. Su obra destacan por numerosos innovaciones sacadas del cine en general como del cine de animación en particular y el comic norteamericano, mencionando los cartoons Disney y Fleisher como las más influyentes.

En el mundo manga las décadas 50 y 60 están consideradas como las décadas prodigiosas. Los acontecimientos se suceden a una velocidad vertiginosa, aparece la primera población mensual íntegramente compuesta de manga, concretamente manga shônen. Destacan artistas como Fujio Akatsuka, el dúo Fujio-Fujiko, Shôtarô Ishinomori y el ya mencionado Osamu Tezuka.

En 1956 aparecen las primeras revistas sólo para chicas, las llamadas shôjo manga, destacando Nakayoshi creada por Shueisha.
En 1956 surge el término gekiga, imágenes dramáticas, dentro del mundo manga, siendo un elemento de progresión, gracias al artista Yoshihiro Tatsumu.
Este término permite diferenciar los manga que iban dirigidas a un público adolescente, ya que no todas los comics tenían porque tener un tono humorístico-cómico, frente a un nuevo público más adulto con temáticas en los manga más realistas, que mostraban la crudeza de la vida real cotidiana con temas violentos, ambientes tensos, oscuros, en definitiva los nuevos manga iban dirigidos a un público más maduro.

Al final de la década de los 50 se producen una serie de cambios radicales en el mundo editorial japonés. Desaparecen en 1963 Shôken Club y Shôjo Club iconos de la revista juvenil en las décadas de la preguerra. En 1959 surge el boom de las publicaciones de manga de tirada semanal destacando Shônen Magazine, Shônen Sunday, Shônen King, Shôjo Friend y Margaret.

Este boom trae consigo nuevos temas y argumentos y la aparición de nuevos géneros y su posterior consolidación, como los manga de ambiente deportivo. Mientras en Europa y América descendían las tiradas de publicaciones de comics debido principalmente de la TV y otras alternativas de entretenimiento, en Japón ocurría precisamente todo lo contrario, la industria del manga iba a experimentar un aumento espectacular tanto en tiradas como en número de títulos.
Es más, en Japón el auge de la TV no impide el aumento de la lectura de los manga, si no que sirve de complemento a la industria de animación japonesa gracias principalmente a la adaptación de los manga más populares y famosos en series de anime.

Si en el mundo manga la década de los 50 se destaca por la introducción de los gekiga, en la década de los 60 se destaca por las publicaciones alternativas o underground destinadas para un público adulto. Las obras relevantes serían GARO publicada en 1964, Osamu Tezuka lanza en 1967 COM, obra que proporciona nuevas temáticas y técnicas de experimentación.

En ambas revistas también publicarían autores de renombre como Shôtarô Ishinomori, Sampei Shirato, Fujio-Fujiko, Shinji Nagashima o Yoshiharu Tsuge.
En 1967 aparecen Manga Action y Young Comic publicadas por Futabasha y Kodansha respectivamente, publicaciones dirigidas al mercado editorial comercial.
Al año siguiente surge Big Comic editada por Shôgakukan, Shônen Jump editada por Shue Isha y la obra de Gô Nagai, Harenchi Gakuen. Obra que trasgiversaba con lo establecido anteriormente con un carácter desmadrado con auténticas osadías cómicas.

Simultáneamente al constante desarrollo industrial, los años 70 se produce un gran aumento de los movimientos de autores de manga aficionados y de los dôjinshi – fanzines, creándose posteriormente el primer comiket en 1975.
Surgen nuevas publicaciones a principios de los 80, un nuevo boom editorial, los nuevos artistas se habían forjado en el campo de los dôjinshi, apostando nuevas tendencias, aunque todas los nuevos artistas creció leyendo las revistas de la década de los 70 revistas como Young Jump, Morning, Big Comic Spirits, etc…que les sirvió de referente manga.

En la segunda mitad de los 80 surge el boom de los manga de carácter informativo o también llamadas jôhô manga, destacando Manga Nihon Keizai no Nyûmon de Shôtarô Ishinomori. Sus obras fueron de gran éxito ya que abarcaban temas desde economía, política, etc..

En la actualidad, existen títulos de revistas para cada sexo, nivel de edad y sector laboral, y de todas las temáticas posibles, con semanarios con tiradas de millones de ejemplares por número, teniendo una media de 15 publicaciones de manga al año por japonés.